sin completar...
Ignacio patea el balón hasta el otro lado de la calle, trae sus mismos tenis viejos y ese short deslavado que usa cada domingo. El medio día se refleja en el parabrisas de un auto a la distancia, apenas comienza el verano y hace ya mucho calor en la ciudad. Ignacio va camino al parque, esta cruzando la calle, mira a su lado derecho y de pronto el mundo entero se detiene, es tan sólo un instante, pero parece durar por siempre. Su cuerpo cae inerte al lado de la banqueta, todo recupera su movimiento, el auto sigue su camino a toda prisa. Ignacio esta muerto. La alarma suena, son las cinco de la mañana, he vuelto a tener el mismo sueño otra vez. Me levanto de la cama y me dirijo al baño, pienso en ese domingo cuando mi padre me dijo que ya no podría ver mas a mi amigo, siento el agua correr bajo mis pies, me pregunto cómo habrían sido las cosas si Ignacio no hubiese muerto, - supongo que no muy diferentes -, al fin termino de bañarme, desayuno y me dirijo a mi trabajo. Dudo que las